
Nuestra intención no es hablar de temas políticos, ni en este caso tampoco de económicos, estamos seguros de que habrá expertos que argumenten perfectamente una y otra opción de manera excelente. El tiempo dirá si es un acierto o un error.
En este post queremos centrarnos en algo que en las formaciones en Gestión del tiempo incidimos siempre, en la productividad, o mejor dicho, en el uso inteligente del tiempo, encaminado a algo tan sencillo como la máxima eficiencia.
Y partimos de un enfoque que es a veces objeto de sorpresa (y alguna que otra vez de cierta indignación) en las formaciones. La gestión del tiempo lo que busca es algo tan sencillo como ser más feliz. Sí, has leído bien, ser más feliz, porque significa dejar de vivir con el estrés permanente de no llegar a todo, con la presión de ese endiablado informe que tenía que presentar hoy y que me va a obligar a quedarme en la oficina o conectarme al ordenador en mi casa, fuera de mi jornada laboral, etc.
Me gustaría quedarme con esa idea “llegar a todo”. ¿Qué es todo?, ¿cuándo debo llegar a cada tarea?, por aquí empieza la luz de la solución.
Cuando hablamos de criterios de priorización en las formaciones de SDS training de Gestión del tiempo, estamos acostumbrados a oír criterios que son totalmente inútiles, equivocados y negativos. Por ejemplo, ocuparte de una tarea porque te gusta hacerla, porque es fácil, porque llegó la primera, porque me lo pide el jefe, etc.
Solo debería haber un criterio, ¿qué es lo más importante? Ojo decimos lo más importante, no lo más urgente, aquí entra otro de esos enemigos silenciosos de la buena (e inteligente) gestión del tiempo. ¡Cuánto le gusta a la gente trabajar en lo urgente!
Lo importante es lo que tiene que ver con resultados y lo urgente lo que tiene que ver con la inmediatez del tiempo para la respuesta. ¿Quién no ha oído eso de Importante/Urgente, Importante/No urgente, etc. etc.? Solo con situar cada proyecto (y descomponerlo en tareas) en el lugar adecuado y darle el tratamiento (decisión de cuándo lo voy a ejecutar) en el lugar adecuado, ya tenemos más de la mitad del trabajo hecho.
Otro elemento que nos ayuda realmente a sacar más partido del tiempo trabajado (repito al margen si dispongo de 5, 6, 7 u 8 horas al día), es ¿cuánto tiempo dedico a cada tarea?, aquí nos jugamos otra gran parte del éxito en nuestra gestión inteligente del tiempo. Si fuese capaz de ajustar en cada tarea el tiempo exacto que le dedico, (sin interrupciones, sin cambios de tarea, sin hacer dos tareas a la vez, etc.) te garantizo que esto equivaldría a más de un 15% de tiempo ahorrado. Para que nos entendamos, en una jornada de 8 horas, esto es más de una hora diaria, si ha leído bien, una hora diaria que son 5 a la semana o la increíble cifra de 210 horas al año, que son más de 25 días laborables al año sobre 11 meses anuales.
¿Pero qué cosa más increíble?, pues no es todo, en las formaciones de Gestión del tiempo hablamos de muchas más cosas, que sin duda aplicadas permiten ser más productivo y por supuesto más feliz.
¿Esto es fácil de llevar a cabo?, no, bueno sí, si lo es con convencimiento, disciplina, compromiso, y humildad para reconocer que uno mismo tiene más soluciones de las que pensaba para gestionar su tiempo, más allá de sí la empresa ayuda más o menos, si tenemos compañeros o clientes roba tiempo, y todas las “excusas” o “explicaciones” que nos damos a nosotros mismos para no ser realmente eficientes en el uso de nuestro tiempo.
Si quieres hablar de todo esto, no tienes más que escribirnos y hablamos de cómo hacer posible que la jornada (sea del tiempo que sea) dé para mucho más de lo que parecía posible.
Te esperamos.
