En el día a día de nuestras vidas hay pensamientos que se verbalizan en frases que marcan nuestras conductas. Algunas de ellas son muy positivas y otras no tanto, incluso en mi modesta opinión hay algunas que parecen buenas pero en el fondo son más bien perjudiciales para nosotros mismos y nuestro entorno. Veamos una de ellas muy extendida entre la mayoría de personas.
“Estoy seguro de…”. Ay la seguridad, eso de estar seguro está muy bien, nos refuerza y da confianza, nos proyecta como personas ganadoras y con coraje, pero ¿qué pasa con el punto de vista del otro?, estar seguro de algo nos puede llevar a negar la opción de estar equivocado y resulta que muchas veces nuestros clientes o nuestros compañeros son los que están en lo cierto. No se trata de dudar de todo lo que uno cree, más bien hablamos de que la actitud que facilita el trabajo en equipo, la atención al cliente, el trabajo comercial, es la de “creo honestamente que esto es así, pero quizá tengas tu razón”.
En SDS training, tratamos en muchos de nuestros cursos, como los relacionados con ventas, atención al cliente, negociación, hablar en público, liderazgo, trabajo en equipo o solución de conflictos, algo tan importante como las tres habilidades sociales básicas:
Empatía, Escucha activa y Asertividad.
La persona empática no es la que siente lo que el otro, eso bajo nuestro punto de vista es poco menos que imposible. El empático es aquel que es capaz de entender los sentimientos del otro al margen de su propia opinión sobre la situación en concreto. Realmente todos somos empáticos (o al menos la mayoría de nosotros) con algunas personas, seguramente nos sea fácil a los padres serlo con nuestros hijos, o entre dos amigos uno con el otro, pero ¿qué ocurre cuando es un cliente que viene enfadado y decepcionado con el servicio que le hemos prestado?, con este es algo más difícil ya que por ejemplo nos podemos sentir molestos por nuestra propia perspectiva de la situación. Consejo, trabaja tú empatía para mejorar tus relaciones interpersonales.
En cuanto a la escucha activa, siempre solemos decir que una cosa es oír y otra escuchar, ¿verdad?, pues bien, es curioso que todos escuchamos de manera activa a un amigo que nos cuenta un problema, pero si ese problema nos lo cuenta un compañero con el que no tenemos una relación demasiado buena, resulta que yo no le escuchamos, más bien dejamos que hable para responderle lo que nosotros pensábamos antes, sin apenas importar lo que nos dice. Esto es escuchar para responder en lugar de para comprender. Consejo, céntrate en el otro, no solo en lo que dice, sino en cómo lo dice, piensa en él desde el punto de vista de ser humano y seguro que tus relaciones interpersonales mejoran.
Por último la asertividad, desde nuestra experiencia de muchas horas de formación en muy diversos entornos y con muy diversos profesionales, es una de las mayores carencias de los profesionales. Tendemos por naturaleza, a no ser capaces de expresar nuestros puntos de vista, opiniones y sentimientos de manera honesta con nosotros mismos (conducta pasiva) o bien a no hacerlo pensando en la otra parte (conducta agresiva). Consejo, piensa en los dos como personas con derechos y sentimientos, tú los tuyos y el otro los suyos, seguramente puedas así decir lo que quieres, piensas o necesitas sin que el otro se sienta mal y por tanto reacciones de manera negativa.
En nuestras formaciones entramos en mucha más profundidad en todas estas cuestiones que si las manejamos de manera adecuada nos hacen seres mucho más sociales y mejores profesionales.