Es muy posible que alguna vez te hayas hecho esta pregunta y la respuesta que rápidamente viene a la cabeza es, por los nervios, hablar en público pone nervioso a cualquiera.
Desde hace más de 15 años estamos impartiendo formación para enseñar a muy diversos profesionales a hablar en público y a hacer presentaciones eficaces y gracias a eso podemos decir que la respuesta no es por los nervios, la verdadera razón es, porque no te has dado cuenta de que hablar en público es fácil y divertido.
¿En serio?, ¿esa es la respuesta?, si estás pensando algo así te repito, hablar en público es divertido y fácil, y cuando lo ves así de repente y por arte de magia empiezas a hacerlo bien, o al menos mejor.
A la mayoría de personas lo que les pasa es que simplemente no les gusta por alguna de estas razones: son tímidas, están seguras de que lo harán mal, que no es lo suyo, sienten que les van a juzgar negativamente, tienen miedo al ridículo, no creen saber lo suficiente o incluso se sienten impostores.
En fin, aparentemente razones de peso que en el fondo solamente son pensamientos negativos aceptados sin pensar mucho más allá, pero si lo pensamos un poco más nos daremos cuenta de algunas cosas.
La realidad es que todas las personas nos comunicamos constantemente en público, ya sea en grupos de amigos, familiares, compañeros de trabajo, en el restaurante, etc. etc., pero llegado el momento de hacerlo de manera digamos formal, ante un público más o menos numeroso o más o menos cualificado, dejamos que nos embarguen esos pensamientos negativos y aceptados solo porque a “todo el mundo le pasa” que hablar en público es un trago amargo y nos autosaboteamos. Es la profecía autocumplida, sé que saldrá mal y efectivamente, sale mal.
Muy bien, pero ¿se puede hacer algo con esto?
Por supuesto que sí, seguro que, si aprendemos técnicas de comunicación no verbal (mirada, posición, movimiento, expresiones faciales, movimiento de las manos, etc.), aprendemos a manejar nuestra voz casi como un profesional de la televisión (hacemos pausas, inflexiones de voz, distintos volúmenes, etc.), y manejamos el tema del que hay que hablar a la perfección con una estructura clara y fácil de entender, tendremos más posibilidades de hacerlo bien, pero no solo es eso.
Pero, además, hay un trabajo previo de autopercepción, que nos debe lleva a tener el convencimiento de que lo voy a hacer bien, saber que las personas que me escuchen lo harán con interés y sin intención de criticarme, tener la certeza de que no habrá ningún fallo ni laguna y de que tengo todo controlado. Todo esto será la verdadera garantía para olvidar esos nervios y empezar a disfrutar de algo tan maravilloso como hablar y que otros te escuchen.
En SDS training, llevamos mucho tiempo haciendo esto posible, llevamos mucho tiempo haciendo que otros descubran que hablar en público es fácil y divertido.
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