Hace tiempo que no hablamos de algo que si bien para nosotros como empresa de formación es esencial creemos que debería serlo para todos, y que es tan sencillo como la importancia de hacer formaciones en las empresas.
Cuidado, que esto no lo decimos porque seamos una empresa que se dedica a la formación, ni mucho menos, lo decimos porque entre otras cosas los propios trabajadores los dicen y los resultados lo agradecen.
Algunos beneficios de formar a los empleados:
Mayor capacitación de los trabajadores, por tanto, mejores resultados.
Mayor de la motivación y adhesión a la empresa, por tanto, mejores resultados.
Mayor posibilidad de reciclaje y adaptación al mercado actual, por tanto, mejores resultados.
Solo por estas razones ya sería lógico pensar que las empresas consideren tener un presupuesto para formación y por supuesto agotar los créditos que tienen para formación por medio de FUNDAE. Pero… pero la verdad es que en muchos casos no es así, los presupuestos de formación son en demasiadas ocasiones escasos o incluso inexistentes, y para mayor sorpresa, los créditos de formación de FUNDAE no se consumen y vuelven íntegros a la Seguridad Social.
Entiendo que esto ocurre por cuestiones como:
¿Para qué motivo dar formación si muchas veces quién la recibe se marcha de la empresa?
¿Para qué sirve dar formación si no sirven para nada, no se aprende nada?
¿Para qué dar formación si los trabajadores ya son muy eficientes?
¿Para qué dar formación si ese tiempo lo pierden en su trabajo y no son productivos?
Estas son solo algunos ejemplos de razones (quizá excusas) que en algunas ocasiones se ponen para no hacer formaciones en las empresas. Se me ocurren muchas posibles respuestas pero creo que la mejor sería esta sencilla frase de Henrry Ford:
“Solo hay algo más caro que formar a las personas y que se marchen; no formarlas y que se queden”.
¿Has pensado ya en qué necesitas formar a tu plantilla?