¿Formación o FORMACIÓN?
En las tres últimas reuniones que he tenido, el cliente me ha preguntado “¿no será muy teórica la formación, verdad?”. Esta es una pregunta que reconozco me sorprende, ¿querrá decir que el cliente entiende que la teoría no sirve para nada?, o será porque las experiencias anteriores de formaciones en su empresa han sido tan alejadas de la realidad y han servido para tan poco que no quiere que eso se repita y necesita confirmar que con nosotros no será igual.
En el caso de la primera de las opciones, la verdad es que nosotros pensamos que “algo de teoría” siempre hay que saber. Es decir, por ejemplo para poder desarrollar habilidades de escucha activa, lo primero que hay que saber es, ¿qué es realmente la escucha activa? y eso hay que explicarlo (parte teórica) de la manera más didáctica, ejemplificada y amena posible, pero de poco sirve quedarnos ahí, lo que también hay que hacer es llevarlo a su realidad (parte práctica), hablar de cómo aplican los asistentes la escucha activa, para qué y por qué lo deben aplicar y por último cómo lo van a desarrollar para hacerlo mejor, así entendemos nosotros la formación que de verdad sirve.
En cuanto a la segunda opción (malas experiencias de anteriores formaciones), entiendo que esa preocupación exista, aunque creo que es un poco injusto que a todos se nos meta en el mismo saco. En España hay grandes empresas de formación y profesionales que trabajan muy bien. Quiero hacer la puntualización de que hablo sobre todo de formación presencial, que es en la que nosotros en SDS training estamos especializados. Entiendo que la formación online tiene su mercado y su razón de ser, pero el resultado simplemente no puede ser igual.
Formarse y formar a nuestros equipos es necesario, sin formación no hay crecimiento, ni mejora, ni futuro. Pero a la hora de elegir en qué y con quién formarse, nuestro consejo es que busquemos experiencia, conocimiento y metodología. La formación a profesionales debe estar basada en lo práctico, en lo que se pueda aplicar a las necesidades del día a día de los profesionales que lo reciben y en lo que les haga mejores para el futuro. El que imparte (mejor diría yo conduce) la formación tiene la misión de motivar y desarrollar a los participantes de manera que “compren y hagan suyas” las nuevas habilidades de que se trate de manera que exista un cambio en sus conductas, en definitiva una formación a profesionales no puede ser un trámite o un paripé para cumplir con la X horas de formación anual.., debe ser una herramienta de cambio y mejora de nuestros equipos.