Durante las semanas finales del invierno es muy habitual ver cruzando el cielo de Madrid, y supongo que también en más lugares, grupos de aves en disposición de flecha. Al verlo hoy por la mañana se me ha ocurrido pensar en el pájaro que viaja en el vértice.
Ni que decir tiene que no soy un experto en aves migratorias y que ignoro si ese puesto es rotativo, es para un macho dominante, es por casualidad o es por ser el más viejo o el más joven de todos ellos. Pero lo cierto es que él lidera el grupo y eso me hace reflexionar sobre ese tema tan importante en la humanidad, ¿por qué hay quienes lideran y quienes siguen a los líderes?, y sobre todo, ¿qué puede hacer alguien para convertirse en líder?
Para responder ambas cuestiones hay teorías, libros, tesis, etc. de todo tipo, no es este ni el momento ni el lugar para tratar de describirlas y además no hay una unanimidad doctrinal sobre ello. En este blog solamente queremos reflexionar sobre algunos aspectos que me parecen interesantes.
Quiero imaginar que ese pájaro que dirige el grupo sabe a dónde va, ignoro si el resto también, pero lo cierto es que él toma la iniciativa (o quizá acepta que otros le nombren…), es decir asume el reto de dirigir, lo cual es ya un compromiso de responsabilidad con el resto de participantes y con alcanzar la meta y el objetivo que les une a todos en el viaje.
Esta breve reflexión llevada a nuestro día a día en el trabajo y en las organizaciones en las que nos desarrollamos me lleva a proponer que, si quieres ser líder te muestres proactivo a asumir responsabilidades, con la prudencia del autoconocimiento y confiando en ti mismo, sin medir mal tus propias capacidades (recuerda que lo primero es saber a dónde va el grupo de pájaros), pero el líder tiene una idea clara de cómo llegar al objetivo, o cómo será el futuro, o cómo organizar el presente, etc. etc. y no duda en ponerse “manos a la obra”.
A partir de dar el paso de decirte y decir “quiero guiar al grupo a tierras más cálidas” tendrás que añadir más habilidades personales, (nuestras siempre imprescindibles habilidades sociales de empatía, asertividad y escucha activa), pero también resistencia a la adversidad, comunicación, superación o visión a largo plazo, entre otras, y por otra parte tendrás que definir un estilo de liderazgo interiorizado y adecuado a las situaciones en que estés.
Consejos: La lectura (a poder ser lectura crítica) de libros, nos ayuda a ampliar nuestro conocimiento teórico y la formación nos acelera en esa comprensión y autoconocimiento que nos lleve a ser mejores líderes, si es que queremos serlo, claro…
¿Has pensado ya cómo desarrollar tu liderazgo o el de tus equipos? Te esperamos en SDS training cuando quieras.